Bueno pues aquí voy con mi primera historia larga. Sé que no será tan fácil como las cortas que suelo publicar, pero se hará lo que se pueda. Y ya conmemorando las casi 1000 visitas del blog me he animado XD. Se trata de una mezcla de comedia, romance y aventuras. ¡¡Aquí vamos!!
“Para
un gladiador no existe el mañana: hoy te enfrentas a tu destino,
aferrándote a aquello que más amas, a sabiendas de que puedes
morir. En cierto modo no hay algo más bello, y a la vez más
doloroso, que apostar tu vida por ello. Cada gota de tu sangre es una
brillante chispa de anhelo, y en la arena tu cuerpo entero se
convierte en un mar de sueños.”
Me
llamo Kotaro.
Yo
era un niño rico, uno de ésos que nunca manchan sus manos por nada.
Siempre vistiendo con ropa inmaculada y cara, siendo atendido por mis
sirvientes en todo momento. No conocía la felicidad o infelicidad,
simplemente es que sólo había experimentado ese superficial modo de
vida.
Súmese a eso que mis padres siempre estaban en el extranjero por negocios, y mi mayor contacto con ellos consistía en el dinero que mensualmente me enviaban para mis gastos.
Súmese a eso que mis padres siempre estaban en el extranjero por negocios, y mi mayor contacto con ellos consistía en el dinero que mensualmente me enviaban para mis gastos.
Por
aquel entonces tenía yo unos 7 años. Como se puede imaginar era un
niño superficial, que sólo valoraba el dinero; de hecho, a mi corta
edad era lo suficientemente maduro para comprender que los sirvientes
me trataban amablemente sólo porque mis padres les pagaban.
Tal vez por mi actitud, o simplemente por mi apariencia (o puede que un poco por todo) me sentía muy marginado en el colegio. Malas miradas se enfocaban en mí, como diciéndome que ése no era mi sitio. A menudo otros niños abusaban de mí, me insultaban, me escupían y hasta me robaban el dinero que llevaba encima. Aunque me molestaba mucho nunca tuve el valor para defenderme; era un cobarde, y no sentía que mi vida tuviera ningún valor.
De
todos modos, hiciera lo que hiciera el mundo no cambiaría, y las
personas sólo se acercarían a mí por mi dinero, o para expresarme
su odio. Así era el mundo; todo lo que no fueras capaz de comprar
podía ponerse contra tí.
Tan
sólo había alguien en toda la clase, o casi más bien en todo el
colegio, que no me despreciaba. Se trataba de una niña
extremadamente pobre, cuya humilde ropa y apariencia delataban el
hecho claramente. Al igual que yo la niña, de nombre Himawari, era
rechazada por los otros niños. Puede que por eso comprendiera mi
dolor. De modo que comenzamos a pasar tiempo juntos en los recreos,
al volver a casa,... y también fuera del colegio.
Yo comencé a llamarla “Hime” (lo que al principio hacía que se sonrojara como un tomate), y ella a mí Kota. A menudo venía a hacerme compañía en mi fría casa, llena sólo de sirvientes, llenando la atmósfera de calidez. Incluso nos bañábamos juntos, cenábamos juntos,... básicamente éramos uña y carne.
Yo comencé a llamarla “Hime” (lo que al principio hacía que se sonrojara como un tomate), y ella a mí Kota. A menudo venía a hacerme compañía en mi fría casa, llena sólo de sirvientes, llenando la atmósfera de calidez. Incluso nos bañábamos juntos, cenábamos juntos,... básicamente éramos uña y carne.
En
cierta ocasión salíamos del colegio, ya por la tarde, camino a
casa; cuando en la verja de la entrada apareció un grupo de nuestros
temidos abusones. Eran cinco; no hacía falta preguntarse para qué
estaban allí esperando, era más que obvio. Nos miraron con una cara
que parecía una mezcla entre desprecio y diversión, y me quedé
congelado.
Incapaz de reaccionar, simplemente cerré los ojos en actitud sumisa aguardando lo inevitable.
Incapaz de reaccionar, simplemente cerré los ojos en actitud sumisa aguardando lo inevitable.
Pero
de pronto... -¡Dejadle en paz! ¿Se puede saber qué es lo que os ha
hecho? ¡Sois unos malditos cobardes abusones, buenos para nada!
Ante
los gritos volví a abrir los ojos, tímidamente. Y no pude creer lo
que vi: Hime cargando ella sola contra todos, con la cara roja de
odio y rugiendo de rabia.
La historia continúa aquí: El Alma del Gladiador Capítulo 2
La historia continúa aquí: El Alma del Gladiador Capítulo 2
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Nota: "Hime" significa "Princesa" en japonés.
El Alma del Gladiador by Ignacio García Pérez is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.
algo corto el cap pero es leible :)
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