domingo, 3 de marzo de 2013

Duelo contra la evolución (parte 4)

Ha empezado la instrucción de Haru. Todos los días la tenaz profesora afianza en él conceptos que antes le eran totalmente ajenos: Sobre la evolución, los animales, las plantas, el hombre, la naturaleza,... Su mente confusa rebosa en un hervor de nuevas ideas, mientras va cada día a buscar comida para ambos. Ella ha comenzado a engordar, y cada vez come más. Parece que está embarazada. De vez en cuando el muchacho le comenta algo al respecto, pero ella enseguida corta la conversación con cosas como “simplemente es la naturaleza” o “¿qué pasa, no te gustan las gordas...?” A continuación lo manda a recoger más comida o agua aunque haya de sobra, de modo que ya no pregunta más.

El clima va cambiando poco a poco, y distintas estaciones se suceden. Deben afrontar juntos el frío invierno. Para Dama es algo muy duro, habiendo vivido previamente en un hospital, pero su determinación yace sobre todo lo demás. Mujer íntegra, sabia e inspiradora, el joven muchacho la ama con todo lo que tiene. Mas ella se muestra complaciente pero distante. Haru, que la observa con sinceros ojos de enamorado, es su alumno y su única arma para cambiar el mundo. Dama lo quiere profundamente, pero la meta a la que consagró su vida es la única que determinará su destino.

Ya el muchacho va siendo más sabio. No queda ahora nada en él de aquel jovenzuelo dependiente a quien su propia madre rechazaba. Y ella ha engordado más, cada vez está más cerca del parto. Haru hace todo lo que ella dice sin rechistar, pero de alguna forma siente una incertidumbre en su interior. No puede evitarlo, ya que no conoce su futuro a partir de ahora, ni el de su hijo... ni nada. Dama lo lee como un libro abierto, y en esas ocasiones hace un descanso para llevarlo al lecho. Al igual que un arquitecto, va componiendo bloque sobre bloque en su pupilo, dándolo forma.

Cierto día amaneció, y ella sabía que había llegado un momento importante; debía hacerlo ahora, antes de que fuera incapaz. Haru volvía con víveres que había conseguido en los alrededores.
¡Haru!”
¿Sí?”
Ven aquí.” Dama levantó la raída manta que la tapaba, incitándolo a entrar en ella.
El joven obedeció sin mediar palabra. Ella comenzó a hablar:
Sabes que quiero cambiar el mundo, ¿verdad?”
Sí, lo sé.”
Y sabes que te estoy enseñando para ello, ¿no?”
Sí”. Haru tenía una corazonada, sentía que algo importante iba a ocurrir.
Tú sientes un apego por mí... Eso lo sé, puedo verlo en tí.”
....”
Ahora escucha atentamente. Tú juraste dar lo que fuera por mi causa, ¿verdad?”
Así es.”
Entonces, quiero que cumplas tu promesa. Llegará una prueba que te hará escoger entre seguir mi causa o quedarte conmigo. En ese momento, ¿qué harás?”
Pues...”
Dama le dio una bofetada: “¡No dudes! Debes seguir mi causa... Porque, de lo contrario, toda mi vida y esfuerzo habrán sido en vano. Lo comprendes, ¿verdad?”
...” Haru asintió sin decir nada, con una mueca de tristeza.
Toma esta carta, guárdatela. Te he enseñado de nuevo a leer propiamente, así que no tendrás problemas en leerla. ¡Pero no la abras! No hasta que nazca nuestro hijo. En el momento en que nazca la leerás y obedecerás lo que sea que esté escrito en ella por encima de cualquiera de mis palabras o gestos.”
...”
¿Estás dispuesto a ello?”
El muchacho comprendía que se acercaban tiempos duros, que seguramente tendrían que separarse. Aguantó las lágrimas en un ademán de esfuerzo y sufrimiento. La vida de ensueño que habían tenido juntos no duraría por siempre. Él debería volar del nido y hacer lo que fuera necesario para salvaguardar la promesa que hizo con ella.
... Está bien...”
¡Promételo! Honra tu contrato conmigo.”
Lo prometo. Haré sin dudar lo que está escrito en esta carta, aún si no tengo idea de lo que puede ser. No te defraudaré, mi dama.”
Ella sonrió con lágrimas en los ojos. Haru podía ver que ella estaba apostando todo en esto. El propósito de su vida y el dolor de su corazón iban ahora de la mano, y sus pupilas inundadas lo atestiguaban.

Así me gusta, valiente. Ahora ven y toma tu recompensa.”
Una pequeña gota desbordó sus pestañas, al tiempo que los amantes se besaban.

Dama le ha enseñado todo lo que sabe, todas sus supuestas locuras sobre la evolución, la naturaleza, cambiar el mundo... Haru comprende ahora la causa por la que lucha, y la ha hecho suya. Tras terminar estas lecciones ha cambiado el carácter de ella, que se muestra más cariñosa que nunca. Es como un sueño, pero él sabe que no debe bajar la guardia. Recuerda claramente una advertencia de su profesora: <<Cuando se acerque el momento del parto puede que cambie de humor, e incluso que deje de lado mi causa. Si eso ocurre, quiero que te mantengas firmemente fiel a ella.>>

Su comportamiento revela que es inminente. Hoy tiene dolores...
Ha empezado a gritar y jadear. Ya está aquí.
Haru sólo puede ayudarla en lo que le es posible durante el alumbramiento. La apoya, agarra su mano, la anima. Tras el dolor y la extenuación se oye un agudo llanto, ya está hecho. Coge al bebé y lo coloca junto a su madre para que lo abrace. Y obedientemente sale fuera del refugio, saca la carta y comienza a leerla.



Creative Commons License
Duelo contra la evolución by Ignacio García Pérez is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta que te pareció el texto, ¡¡las opiniones y críticas son importantes!! XD

Free counter and web stats