domingo, 17 de noviembre de 2013

Cambios en los comentarios (y más...)

Pues nada, quería avisar de que a partir de ahora todos los comentarios serán moderados antes de permitir su publicación. No es por nada, sólo quiero evitarme spam. Eso sí, no hay capchas y ese tipo de cosas molestas. Y sí, admito las críticas aunque sean negativas, siempre que no se hagan en tono ofensivo.

Por lo demás, sé que el blog lleva un tiempo paradillo, pero ha sido inevitable. Una historia sólo debe escribirse cuando fluye. De modo que cuando la siento artificial o demasiado magreada por mi mano, dejo de escribir y punto.

En cuanto a aquéllos que seguís el blog, MUCHAS GRACIAS DE TODO CORAZÓN. Hago esto porque me gusta y por ese motivo no quiero escribir cosas artificiales, sino relatos que flotan en el aire que respiro y a los que yo tan sólo doy forma. En cuanto a mi forma de escribir, sé que no es la más correcta, o la más académica, o... lo que sea. Yo escribo así, a ratos, apasionadamente y a veces sin sentido. No escribo para nadie, sólo disfruto del proceso. Si además alguien disfruta con ello, me haréis doblemente feliz.

Es por eso que no pediré disculpas por los retrasos en los capítulos, su ritmo errático y otras tantas corrientes de convección en este pequeño universo. 

Para los seguidores de "El Alma del Gladiador" diré que quiero sacar el capítulo 14 pronto, siempre contando con circunstancias que no puedo controlar, especialmente las que he explicado antes. Ese relato me trae una nostalgia especial; vamos, que me encanta. Recuerdo que inicialmente fueron cuatro páginas de borratajos den un cuaderno tamaño folio, plasmando el nacimiento de una historia corta y sin pretensiones. Y hoy por hoy no es pretenciosa tampoco, jaja, no. Pero ha ido cambiando con cada frase cargada de tensión, de pasión, de emoción. Ha tenido momentos mejores y otros peores. Pero lo más asombroso es que el caballo ha escapado de las riendas, y ha tomado vida propia. Impredecible como toda historia debería ser al leerla y escribirla, llena de cambios, palpitante. Al principio tenía claro su guión, como si fuera algo mecánico. Ahora no sé cuantas vueltas dará, hasta que no la escriba. 

Aquí se despide el egocéntrico dictador de este pequeño universo llamado "Como las ondas sonoras". Ahora ya sabéis el porqué del nombre: Los relatos vibran como las mismas ondas sonoras, y son cambiantes y efímeros como ellas. ¿Que eso no ocurre en la realidad, que sólo soy un soñador? Está bien para mí serlo, dejemos que sólo ocurra en este pequeño rincón. Que cada vez que leamos vibremos desde la coronilla al dedo gordo del pie; que vivamos intensa cada historia, cada vibración. A cambio yo pondré todo de mí una vez más... en las letras que aquí leerás.

Un abrazo a todos mis lectores, deseo que disfrutéis tanto leyendo como yo escribiendo. Y MIL GRACIAS por vuestra paciencia y por lo que sea que sentís al leer mis relatos. Nos leemos.
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