lunes, 27 de agosto de 2012

Me dormí estudiando

    Diosss malditos examenes maldita presión estoy como la puerros y esto no es justo porque no soy ninguna verdulera (todavía). Ayer noche me quedé dormido estudiando y se me cayó la baba en el cuaderno. Tal parece que al correrse la tinta con las babas se formaron aminoácidos esenciales y apareció una nueva forma de vida. El caso es que tenía propiedades nunca vistas: Cada vez que eruptaba creaba una nueva historia. Flotaban en el aire con bonitos colores, yo las agarraba y las plasmaba en mi cuaderno. 
    Pasó un tiempo y el cuaderno se llenó de relatos, desvaríos aleatorios salidos de su estómago... Y entonces caí en la cuenta: <<¿cuánto tiempo lleva este bicho escupiendo historias?>> Desde que tenía memoria así había sido. <<No puede ser>>, me negaba a pensar que mi vida fuera un mero relato. Ya estaba harto del bichito, así que lo agarré y lo arrojé por la ventana. Cayó sobre el papel cuadriculado y rebotó contra algunas letras. Ésta es la única realidad que existe, y al que lo niegue lo llevaremos a la hoguera como hicieron con Copérnico.
    Una vez que el bicho había desaparecido todo parecía mucho más normal. Tan sólo una tormenta asolaba el horizonte, pero a quién le importa, tenemos casita y calefacción. Paulatinamente se iban acercando unas nubes en forma de la palabra "FIN", y cada objeto que atravesaban desaparecía sin más. ¿Qué podía hacer? Dibujé una motocicleta alada, arranqué y me escapé por el balcón. Vi a mi amigo Juan y le llamé: "¡eh, Juan, ven conmigo, huyamos!" Pero él no contestó. Me acerqué... y era una muñeco de tinta. Tal vez era efecto de la tormenta. Corrí como el diablo en sentido opuesto a la tormenta, no había tráfico. <<¿No debería estar toda la ciudad huyendo en pánico?>> A quién le importaría eso, no había tiempo que perder.
    Aceleré a tope y pareció que el papel se terminaba... No sólo eso, más allá del límite sólo había oscuridad. Ya daba igual, era todo o nada. Me precipité desde el borde y por primera vez la vi: Una galaxia de relatos, inmensa e interminable. Caí en uno de ellos, pero no había sitio para mí. Parece ser que no se podían meter personajes en la historia de forma fortuíta.
   Así, me vi obligado a vagar durante líneas y páginas, saltando de relato en relato, buscando un sitio donde vivir. Tras llegar a la extenuación, y creer que no lo encontraría, vi una salida al fondo de todo. Me dejé caer entre la multitud de relatos y... ¡plonch! me dí contra tu pantalla. Me desparramé en miles de gotas de tinta, y me convertí en las letras que ahora lees.
    Ahora soy el dios de este blog, pequeño universo bajo mi dictadura. Cada vez que aparece una nueva historia es porque he crecido, me he hecho más poderoso. Mi microgalaxia se extiende progresivamente, algún día engulliré tu relato muajajajaja... ¡Ah! y hagas lo que hagas, no pronuncies la palabra F...

miércoles, 22 de agosto de 2012

Mis alas

Atado, amordazado, encerrado en una jaula de tí. Así pasaban mis días entre nubes y claros, mirando el cielo con melancolía. Las alas que una vez te di no me las devolviste. Tan sólo quédate con ellas, ya que tú no puedes crear las tuyas propias. Pero mientras lloro, mientras sufro... Mis alas plateadas se van forjando lentamente, más grandes y fuertes que las anteriores. Herrero de la imaginación, tengo un oficio propio. Cuando quieras volver a por las flamantes alas nuevas, fruto de mi dolor, no podrás tocarlas; tú, animal de tierra, estás destinada a vagar lentamente como el elefante, sin peligros, sin exponerte, sin pasión... ¿Acaso no ves que no puedes sacarte el carné para llevar mis alas? Ni aunque hicieras tropecientas prácticas...

martes, 21 de agosto de 2012

Me cortaron el internet (continuación)

La primera parte del relato está aquí: Me cortaron el internet   
    
    Pasan los días, pasan los años y todo sigue igual. Cada noche ella me cuenta cosas que le han pasado, divagaciones, secretos... pero sus tristes ojos revelan aquello que no me dice: Desde que rompió aquel cristal el sentimiento de culpa la persigue... En su rostro se dibuja su figura, inscrita en los surcos de la edad. Yo tan sólo puedo poner buena cara, pretender que soy feliz, para aminorarlo. ¿Cómo pudo ocurrir esto? Ni siquiera puedo decirle que ella no fue la responsable, que todo lo que deseo es que sea feliz... Apenas tiene dinero, pero me lleva a un restaurador de antigüedades para que me limpie y me saque brillo. Hay otros más baratos, pero ella dijo "ya verás, hermanito, te voy a llevar al mejor especialista y te sentirás mucho mejor."
     Si al menos pudiera llegar a ella... Las ojeras revelaban su sufrimiento, y cierto día se derrumbó. Agarró uno de mis pedazos de cristal y rompió a llorar, abrazándolo. Yo veía la escena torturado, sin saber qué expresión poner. Tras varias horas de llanto cayó rendida, y los ríos de tristeza se secaron en su rostro. Accidentalmente se cortó con el cristal mientras dormía, y sentí que podía llegar a ella. Entré en su sueño... y vi la culpa, tomando la forma de monstruos horrendos. "Tranquila, hermanita, ya estoy aquí contigo..." Ella, que estaba acurrucada en posición fetal, aterrada por los monstruos, giró la cabeza con temor: "¡Hermanito!" Saltó a mis brazos, salpicándome de lágrimas. Yo, que pensaba que ya nunca necesitaría a nadie más, me sorprendí. La abracé con tal fuerza que creí que la rompería. "Ha pasado tanto tiempo... No creí que te volvería a ver." "Esto sólo es un sueño, tu sueño. He conseguido entrar en él por pura suerte, y aprovecharé para decirte algo: Romper el cristal fue una decisión tan buena como cualquier otra. No fue tu culpa, debes vivir tu propia vida. Quiero que te deshagas de mí." "¿Pero cómo podría hacerle eso a mi propio hermano? No quiero perderte, si lo hiciera jamás me lo perdonaría..."
    "Si no lo haces, seré yo quien no te perdone. Si tú no eres feliz, mi vida no tendrá sentido y será un infierno." Su rostro dejaba ver tristeza, pesadumbre e impotencia, que reemplazaron a la siempre presente culpa. "Te prometo que voy a luchar para ser feliz, de modo que déjame intentarlo por un tiempo. Si no lo consigo, entonces tú ganas, me desharé de tí." "... Está bien, trato hecho."
    Desde entonces mi hermanita cambió, y comenzó a quedar más con amigos, a divertirse. La culpa se fue desvaneciendo de su rostro, y gradualmente fue hablando menos conmigo. No me importaba, pues cuando lo hacía su cara era de verdadera felicidad. Un día me llevó al anticuario e hizo un colgante con uno de mis cristales. De este modo siempre estaría con ella, y jamás me sentiría solo.
    
BIFURCACIÓN:

    PRIMER FINAL:    
    El tiempo hizo su trabajo, y ella murió. Como un objeto de valor, me llevaba puesto al enterrarla. Como aquella vez, entré en su sueño, esta vez un sueño eterno. Para siempre nos quedamos jugando como niños pequeños, como fue alguna vez, como son los hermanos. 

    SEGUNDO FINAL:
    Encontró a alguien especial, y por fin se casó. Tuvo varios hijos, a los que relató mi historia. "Éste es vuestro tío, debéis atesorarlo para siempre, y luego dárselo a vuestros descendientes..." Así es, mi vida se había vuelto eterna. Tras varias generaciones ya no sentía tener vínculo con aquellas personas, tal vez por la lejanía de parentesco o, más probable, porque estaba perdiendo mi humanidad.
    Hoy día no recuerdo por qué número de generación va... Aunque sorprendentemente, cada miembro de la familia al que se me ha confiado me ha llevado diligentemente al restaurador. Pero esta vez parece ser la última, ya que no han vuelto a por mí. El anticuario me ha colgado amablemente frente a una copa con la talla de una bella mujer. 
    Cierto, es muy bella. Y está atrapada en un cristal, al igual que yo. Permaneceré junto a ella mientras nuestros cristales perduren, aquí en silencio, sin más vía de comunicación que un blog de relatos 'ficticios'... Que tal vez para tí lo sea, pero para mí es la única prueba de que sigo existiendo.
  
    Este relato me ha salido un poco más largo que los "micros" que suelo hacer. Acepto todo tipo de críticas y porfaaa ¡decidme qué final os gustó más! Si alguien me lo pide podría continuar la ruta del segundo final, aunque algo me dice que la historia será aún más errática XD. Gracias por comentar!! X3

jueves, 9 de agosto de 2012

Me cortaron el internet

    Yo tenía internet, y me iba a mudar y me quise dar de baja. Entonces les llamé para procesar la baja y me dijeron: "No podemos hacer eso, porque nuestro internet es dimensiófago". Y digo "¿Qué es eso?" Y me dice "es que va devorando tus dimensiones y las sustituye con datos falsos". "Bah paparruchas. Lo que queréis es tomarme el pelo para que no me vaya de la compañía. Haced el favor de procesarme la baja de una vez". "Está bien, si usted así lo quiere, lo llevaremos a cabo. Pero recuerde que ya le fueron avisados los riesgos".
    Me cortaron el internet y no pasó nada, qué cuento de dimensiones ni qué... Miro a la ventana y todo está como siempre... ¿La ventana? Nunca la había visto así... ¡Estoy atrapado en las dos dimensiones del vidrio de la ventana! Grito desconsolado, necesito ayuda... "¡Hermanitaaaaa!" Aquí llega mi salvadora, y para colmo resulta que no me oye. Se pone a limpiar el cristal, y finalmente me ve. "¡Eyyy sálvame que estoy aquí!" 
    Ella pone una cara de miedo de aquí te espero y deja de limpiar. "Tato, ¿qué haces ahí?" Abre la ventana para ver el cristal desde el otro lado y confirma que estoy atrapado en él. Casi se desmaya... "¡Tranquilo, tu hermana te salvará!" Golpea el cristal y lo rompe, caigo en pedazos al suelo. Pero no me libero... al contrario, ella recoge entre sollozos los pedazos de mí, y me guarda envuelto en un pañuelo, dentro de su cajón de recuerdos. Cada noche, antes de dormir, me saca del cajón, abre el pañuelo y me habla... Es lo único que me recuerda que alguna vez fui humano. IMOUTO-CHAN GANBATTE!!! X3 

    Continúa en la segunda parte: Me cortaron el internet (continuación)

Creative Commons License
Me cortaron el Internet by Ignacio García Pérez is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.

jueves, 2 de agosto de 2012

mi luna

Es de noche. Mis miopes ojos no pueden vislumbrar más allá de la contaminación lumínica de esta sucia ciudad. Farolas aquí y allí, todo tan luminoso... pero tan oscuro. Odio la luz artificial, pues niega mi propio ser. Y esta noche quiero ser yo. Salto por la ventana buscando la luna llena, y las rompo. Cientos de farolas sangran en mis manos, mi furia arrasa el camino. La ciudad se va apagando lentamente,  hasta que finalmente puedo verla bien. Mi luna, mi querida luna. Protagonista absoluta de mi cielo de medianoche, transfórmame como hiciste ayer, como siempre haces.
Entonces despliego mis alas y vuelo hacia ella, su rostro brillante me atrae irremediablemente cual polillas a la vela. Está lejos pero llegaré, sé que me estoy acercando. Ya se hace un poco más grande... ¡plaf! ¿¿¿??? ...qué golpe me he dado... ¿qué ha pasado? Palpo la luna, está junto a mi mano. Palpo las estrellas, están rodeando mi cuerpo. Y estallo en carcajadas de estúpido sarcasmo: ¿contaminación lumínica? jaja, eso no sería tan malo. Lo peor llega cuando recuerdo que vivo en un decorado, que nunca he visto la luna real, y que sólo conozco lo que en él está dibujado. Lloro amargamente y embisto a la traidora luna... se rompe y puedo escapar. Aire puro, viento en mi rostro. Hace frío. Tengo miedo. Vuelvo a mi decorado, coloco la luna en su sitio y me vuelvo a dormir de nuevo. Sólo soy una marioneta. Jamás debí pretender ser humano. Pero me dan tanta envidia... Ellos tienen un alma, una historia que contar. Yo conozco cientos de ellas... Mas no puedo hablar, tan solo escribirlas en algún blog como éste. Algún día las contaré...
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