Camino de noche por la tranquila ciudad, donde apenas hay sonido, donde sólo la tenue luz de las farolas interrumpe el meditabundo paisaje. Escucho el suave rumor del río que pasa bajo el puente, el brillo de sus aguas me reconforta de algún modo. Es una estación cálida y las polillas están apelotonándose locamente en una farola. Rompo a llorar como un niño, recordando los años y años de batallas por mi princesa, por nuestra princesa. Por la chispa de nuestras vidas. Yo, siendo una generación más, no puedo -¡y no quiero!- escapar a mi destino. Sé para qué he nacido, y sé para qué estoy aquí. No quiero saber ni quién soy ni quién podría haber sido. Tan sólo dejadme proteger su sonrisa. Es el único cometido, eterno como el tiempo, de mi existencia.
Y mientras veo con una sonrisa de ironía a las insensatas polillas, ríos de nostalgia recorren mi rostro. Al igual que ellas, todos nosotros nos vemos atraídos por su luz...
** Esto es un fragmento de una historia mucho mayor que tal vez se escriba x aki, según me dé el día jajajaj
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta que te pareció el texto, ¡¡las opiniones y críticas son importantes!! XD